martes, 19 de abril de 2011

Burros

Burros.

Son pastores que moldean
su rebaño a conveniencia
y venden el producto
para seguir siendo quien manda.

Que no importa el bienestar, la gente
solo esquilar a fin de mes
mantenernos ovejas
toda la vida.

Pan y circo, sin protestar
sin decir que no a nada
sin mirar hacia delante
para dejarnos llevar.

Lo peor: que funcione.

El modelo a seguir está Salvando.
Salvando de la cultura
Salvando de pensar con claridad
acuciando la indiferencia.

El plural de Red resulta aburrido.
Y para aburrirnos están los libros
engrosando librerías
haciéndonos parecer
intelectuales.

Un mundo paralelo
sin modelo para comparar.

No somos Europa
ni siquiera ya norte de África.
España huele a adormecimiento
sabe a conformismo.
Y nos da igual.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Mirando fijamente

Al entrar en aquella apartada habitación no pude evitar mirar al espejo con una sonrisa de desagradable desprecio tan habitual en mi tez. Sin embargo, nadie me la devolvió. El hueco donde debía aparecer mi atribulado yo me invitaba a escudriñar cada palmo de ausencia. En el reflejo especular podían observarse todos los presente, excepto yo. Soledad, sólo eso y nada más.

Mi otra mitad había desaparecido tiempo ha. Era frustrante alargar el brazo y tocar el frío cristal reflectante mientras, espectante, creías que recibirías el mismo gesto en respuesta desde el otro lado. Pero no era así, y cada hora que pasaba tocando aquel monumental espejo era larga y vana.

A mi alrededor se sucedían sombras y luces, todo un espectáculo de color para cualquier persona. Menos para mi, que unicamente me limitaba a atravesar la infinita transparencia de mi ausente reflejo con mi mirada.

Las horas se convertían en años ante mí, y únicamente esperaba a que volviera aquel que un día se fue y me dejó solo.

A veces percibía como la calidez del baile de luces pasaba junto a mi, incluso el gélido hálito de la danza de sombras. Formaban un extraño y llamativo coro que no dejaría indiferente a nadie. Pero allí seguía yo, ausente a tantos estímulos esperando reencontrarme conmigo mismo al otro lado del cristal.

Y aún hoy sigo aquí, sentado en el suelo y observando el infinito ante mis ojos ciegos. Si regresó a rozar las arrugas de mi mano no lo sabré nunca.

[...Y de tanto esperar perdió la fé en sí mismo...]

viernes, 27 de agosto de 2010

Oscuridad

Incluso en la más oscura de las sombras habita una minúscula luz, pues no sería sombra tal si no existiera claridad. Cuán inconmensurable nos resulta el vacío mientras vagamos de aquí a allá en los suburbios de la oscuridad, buscando la salida del submundo en que tan involuntariamente hemos sido adentrados. Salida que, tal vez, no exista.

Quizás la propia salida sea permanecer dentro, dejar que nazca la luz en la sombra. El rumor del silencio se apodera de todo, tiñendolo de todos los colores entre el blanco y el negro. Después oscuridad. Sólo eso y nada más. Mas tan sólo quizás.

De la nada surgida, a través de un desgarro en al negro manto de la melancolía, se cuela sin permiso un destello que devuelve a la estampa a todos los habitantes del círculo cromático.

Y es justo en ese momento exacto cuando le miras a los ojos, desafiante y curioso. Altivo, te mira y te reprende:

- Ya era hora - dice el color rojo.

- Mi tren se ha retrasado - contestas.

[...Aún así, no vendas la piel del oso antes de cazarlo...]

Pende queriendo caer

Como la rosa en su cabello pende queriendo caer, me encuentro envuelto tan sólo por un delicado velo esperando encontrarme con ésta en el suelo. Más dura será la caída cuanto más asciendas, y hoy no tengo ganas de ascender si no es con alguien. He muerto demasiadas veces y demasiadas veces he tenido que resucitar, más veces de las que podría desar, cualquier persona podría desear.

Solo necesito un gesto con la cabeza, un sígueme firme, una caricia sin tapujos, un abrazo con la piel desnuda, el roce de unos labios con mi corazón.

[...Pendiente de un pelo, como la espada de Damocles...]

domingo, 4 de julio de 2010

De perdidos al río

Dejemos al corazón
eclipsar a la razón,
y dejemos que al hacerlo
sintamos sin poder verlo
cantar su dulce canción.

Con la última mirada
de esta noche encantada
deja que pueda mostrarte
las maneras que hay de amarte,
que hay de que seas amada.

Y un solo mirar bastó
para encantar a quien vio.
A quien nadie sabe nombre,
nadie sabe de ese hombre
a quien tanto él amó.

[...Arded, recuerdos; idos al infierno...]